El coaching directivo es un buen instrumento estratégico a favor de la gerencia para aumentar la productividad si se designa dentro de la propia organización a un individuo capacitado con su actitud y sus destrezas.
Si bien, alcanzar lo imprescindible en el proceso de coaching como determinar los objetivos concretos planteados y reconocer las fortalezas y las debilidades personales a favor de la empresa podría parecer simple, en la práctica desgranar el potencial del gerente como coach es un proceso que no está libre de problemáticas:
- Saber gestionar el tiempo y las responsabilidades de los directivos no es sencillo cuando asumen numerosos compromisos. La solución radica en ponderar las prioridades distinguiendo entro lo que es urgente y lo que es importante. Durante el proceso, responsabilizar a un colaborador en algunas tareas o lo que es lo mismo, saber delegar mejorará el rendimiento global.
-Descoordinación de temas entre coach-gerente y coachee (quién recibe los conocimientos) respecto a lo que es necesario e importante. El gerente intenta “convencer” o poner al coachee en la obligación de cumplir con un deber en parte causado por la asunción del doble rol que tiene.
-Ganarse la confianza y conseguir un respeto como líder y coach tampoco es sencillo.
- En este tipo de coaching hay tres partes implicadas: la organización, el coach y el coachee. Aun y la voluntariedad del conjunto en implicarse pueden surgir por parte de la empresa unas limitaciones debido a todo tipo de circunstancias. Estas restricciones debilitan la confianza y aumentan la presión.
-La utilización de mucha información personal en el proceso de coach puede hacer olvidar la relación y la finalidad mercantilista. Aunque el coaching ejecutivo tiende cada vez más hacia una concepción holística basada en la integración total y global incorporándose la persona en toda su dimensión, debemos recordar la objetividad de la estrategia.
En el modelo tradicional de gestión imperaba un sistema impositivo mediante una autoridad formal más bien de estilo coercitivo. El modelo de gestión donde el gerente es el coach cambia el carácter del trabajo basándose en la gestión del conocimiento y dónde sólo se puede lograr unos resultados óptimos ayudando a la gente a comprender lo que les conviene modificar para alcanzar sus metas profesionales, cuando el mismo gerente ha comprendido también sus propios procesos.