La investigación ha demostrado que si se cumplen varias condiciones que seguidamente expondré, la terapia será exitosa y con más probabilidad de modificar comportamientos en el cliente. Estas condiciones resumidas serían: la coherencia y autenticidad, cuando el terapeuta experimenta una actitud de aceptación cálida y positiva y la comprensión empática.
Cuando el psicoterapeuta cumple estas tres condiciones y el cliente lo percibe, se logra el movimiento terapéutico. Entonces la dinámica del cambio empieza, descubre que alguien puede escucharlo y atenderlo y es cuando el cliente expresa sus sentimientos comenzando a recibir comunicaciones desde su propio interior.
En segundo lugar, a medida que aprende a escucharse también comienza a aceptarse. Entonces, a medida que capta con más precisión sus propios contenidos, se evalúa menos y se acepta más, va logrando mayor coherencia. Puede moverse más allá de las fachadas que hasta entonces lo ocultaban, abandonar sus conductas defensivas y mostrarse más abiertamente como es. Al operarse estos cambios se permite profundizar en su auto-aceptación y volverse menos defensivo y más abierto, descubre que finalmente puede modificarse y madurar.
En los resultados en terapia, cuanto más pueda el cliente percibir en el terapeuta una actitud de autenticidad, comprensión empática y respeto incondicional tanto más se alejará de un funcionamiento rígido e impersonal y se orientará hacia un comportamiento caracterizado por un modo cambiante de vivencia.
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