Respirar como ejercicio consciente puede significar experimentar la expansión de una energía vital, una interminable fuente de poder personal y una mayor y mágica capacidad de disfrutar.
Brindar consciencia al acto de respirar puede conllevar un beneficio emocional, físico, mental e incluso espiritual para el individuo. Si nos damos cuenta de la respiración ello anima a expandir la conciencia a través del propio organismo. Inhalar es expandir todo el entorno del que uno forma parte y exhalar es apoyar la relajación de todo lo que nos envuelve conectando con las energías. Según el autor, por eso el respirar conectadamente
es una acción de crear e inspirarse en la vida misma.
El propósito de la respiración consciente no es el movimiento del aire, sino el movimiento de la energía. Si tú cuando respiras haces el ejercicio relajadamente, conectando el ciclo de respirar durante unos minutos, empiezas a experimentar como la energía dinámica fluye dentro de tu cuerpo. Este fluir de la energía es en definitiva, el emerger del espíritu y de la materia.
Todos tenemos un atributo vital: nuestras formas físicas tienen una sutil esencia vibratoria llamada energía. Esta energía fluye en corrientes regulares dentro del propio cuerpo, y se extiende como campos radiantes a través del cuerpo en el ambiente que nos rodea.
Es parecida a la electricidad o el magnetismo, con la experiencia uno empieza a entender que la energía es la esencia del cuerpo, mente y espíritu y también la llave para la integración de sanar.
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